También conocida como la nocturna del champagne.
Muchos rumores al respecto de la noche mágica del 27 de agosto, noche en la que marte sería comparable a la luna, cosa que no volvería a repetirse en cienes de miles de años.
Así que se nos ocurrio hacer una nocturna, y coronarla con una copa (en este caso vaso de plástico) de champagne, para conmemorar tal evento irrepetible.
Nuestro experto en astronomia nos advirtió que no era posible que se vieran "dos lunas", así que, para no romper el encanto, hicimos unas lunas con cartulina, pero pagar a un subalterno para que las dejase ver tras la isla en el momento adecuado se nos iba de presupuesto. Nos lo habiamos gastado todo en el mejor champagne de la marca Hacendado que encontramos.
A la tercera copa, la luz de señalización de "Tio Milito Pequeño", nuestra flamante embarcación, empezo a confundirse con la luna. Así que nos fuimos satisfechos a casa.
Fuera de bromas, fue una nocturna increible, ya que nuestra isla de San Andres tiene más vida que nunca y la visibilidad es casi tropical, y por supuesto, la compañia no dejaba nada que desear.
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