También llamada la Cueva de las Corvinas, o como a nuestro staff le gusta llamarla "La Cueva de Moi", (pero eso merece un post propio)
Os aventuraréis a pensar que se llama así porque hay una cueva con corvinas, ¿verdad? Pues si pero no, hay una cueva, pero no son lo que aquí conocemos como corvinas, en realidad se tratan de la corvina negra o más conocida como corvallo, pero se les empezó a llamar corvinas en nuestro ámbito de buceo y bueno, en realidad los nombres comunes es lo que tienen, que hay muchísimos para referirse a una única especie.
La inmersión consiste en una lengua de arena situada a 17 metros de profundidad, a cuyos lados se alzan dos paredes, con cuevas, grietas y hasta una campana.
Esta campana es de una peculiar belleza, pero necesitamos linterna para poder apreciar sus paredes tapizadas de madréporas, falso coral, esponjas y otros invertebrados.
Al final de una de las paredes podemos encontrar un ancla de gran tamaño, a veces necesitamos alejarnos un poco para darnos cuenta de que es un ancla bastante grande.
A parte de la vida propia de grietas y cuevas, como congrios, morenas, meros... también tenemos mucha vida fuera, al menos hasta que los asustamos, como lisas, mojarras, sarpas, barracudas.
Si ascendemos por las paredes, llegaremos a una gran pradera de posidonia (una por cada pared) a 5 metros de profundidad, ideales para hacer la vuelta al barco disfrutando de la fauna que se esconde, entre las frondosas fanerógamas.
De más está decir, que la estrella de esta inmersión son las corvinas, salvo cuando sorprendemos a las águilas de mar en la lengua de arena.
Profundidad máxima: 17 metros
Tiempo de inmersión: 45 minutos
Recomendaciones: con linterna esta inmersión es completamente diferente.
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