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jueves, 9 de diciembre de 2010

Isla De San Andrés

Esta isla, junto con el pequeño islote que se encuentra en sus proximidades, fue declarada Monumento Natural en el 2003 por su valor geográfico y biótico (Boja del día 30 de septiembre del 2003: Decreto 250/2003, de 9 de septiembre)

Sin olvidarnos de que la existencia de una necrópolis hispano-musulmana en su superficie le imprime un elevado interés patrimonial y cultural.


Situada en la antesala del Parque Natural de Cabo de Gata-Nijar, su cercanía a tierra firme (menos de un kilómetro) y su baja altura, permite el asentamiento de nidos, y su aislamiento la convierte en un comedero tranquilo para gaviotas, charranes y golondrinas marinas.

El veto de pesca y su situación privilegiada frente a la Costa de Carboneras, hacen de ella un enclave que no puedes pasar por alto.

La diversidad y belleza de sus paisajes nos permiten realizar un gran número de inmersiones repartidas a lo largo de las más de 10 hectáreas de fondos volcánicos y praderas de posidonia.
Y al ser una isla, una de las caras siempre está protegida de la corriente, asegurándonos diferentes puntos de inmersión sean cuales sean las condiciones meteorológicas.
Desde la cota de 8 metros, hasta una profundidad de 30, la isla de San Andrés nos sorprenderá la abundancia y variedad de su vida.

Recorriendo sus paredes, descubrimos que están tapizadas de coloridos y exóticos invertebrados, entre los que destacamos las colonias de botones de oro (Leptopsammia pruvoti), el falso coral (Myriapora truncata) y una gran variedad de nudibranquios (Flabellina spp., Hypselodoris spp., Cratena spp., Aplysia spp., Platydoris spp...).

A mayor profundidad comienzan a aparecer las gorgonias (Lophogorgia spp. y Eunicella spp. ), grandes anémonas tubo (Cerianthus membranaceus)y llamativas ascidias (Halocynthia spp., Ascicia spp., Ecteinascidia spp., Phallusia spp...).

Entre sus grietas, que sirven de cobijo a innumerables especies, nos encontramos majestuosos congrios (Conger coger) y morenas (Muraena helena), numerosos meros (Epinephelus caninus), corvallos (Sciaena umbra) y falsos abadejos (Epinephelus costae). Ocultos en sus “madrigueras” nunca faltan los expectantes pulpos (Octopus vulgaris).

Sobre las abundantes praderas de posidonia (Posidonia oceanica), grandes bancos de sargos(Diplodus spp.), mojarras (Diplodus vulgaris) y obladas (Oblada melanura) conviven tranquilos, mientras activas serviolas (Seriola dumerili), dentones (Dentex dentex), doradas (Sparus aurata) y barracudas (Sphyraena sphyraena) persiguen sin descanso bolos de alevines que huyen con gran coordinación.

El fondo arenoso se cuela entre las paredes y praderas formando lenguas donde podemos ver a las miméticas podas (Bothus podas), los ocultos peces araña (Tachinus araneus), congrios de arena (Ariosoma balearicum), algún que otro pez golondrina (Dactylopterus volitans) o una tembladera (Torpedo torpedo) y a las majestuosas águilas de mar (Myliobaris aquila)

Mirando hacia la inmensidad del azul, podremos observar a solitarios peces luna haciendo su ruta.

Es una zona que no te puedes perder, pero hay que tener en cuenta que se trata de un enclave protegido y que para visitarlo se necesitan cumplir una serie de normativas (Regulación de actividades)

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